
Tonya era una computadora muy trabajadora y dedicada. Pasaba sus días procesando información, creando documentos y conectándose con el mundo. Pero siempre había un problema: estaba constantemente enferma. Cada vez que intentaba abrir un archivo, se congelaba y no había forma de hacerla funcionar. Era una situación desesperante, ¡más que la cola en el supermercado en hora pico!
Tonya intentó todo lo que sabía para resolver el problema. Probó a reiniciarse, cerrar los programas y hasta hablar con su sistema operativo en voz baja, pero nada funcionó. Entonces, decidió tomar una decisión difícil: ir al médico.
Un diagnóstico inesperado
Después de investigar en internet, Tonya encontró un especialista en computadoras en una clínica cercana. Con su CPU en la mano, entró a la sala de espera. Allí, se encontró con otros pacientes: una impresora que se atascaba constantemente, un ratón que no hacía clic y un monitor que parpadeaba sin cesar.
Finalmente, llegó su turno y entró al consultorio del médico. El especialista se presentó como el Dr. Comoputo, un hombre amable y sonriente que sabía todo sobre computadoras. Después de un examen exhaustivo, el Dr. Comoputo hizo su diagnóstico: Tonya tenía un virus.
"¡Qué horror!" exclamó Tonya. "¿Cómo pudo pasar esto?" El médico, con su gran sentido del humor, le explicó que a veces, los virus simplemente aparecen como un ex novio loco en la puerta de tu casa. Tonya se rió nerviosamente. No esperaba que el médico fuera tan vacilón.
Pero no hay que preocuparse, porque el Dr. Comoputo tenía la solución: eliminar el virus. Después de unos minutos, el médico le dio el alta a Tonya y le aconsejó que siempre descargara un buen antivirus para prevenir futuras infecciones.
Tonya no siguió los consejos del médico, y un día, comenzó a sentir que algo andaba mal nuevamente. Había contraído otro virus, ¡como un imán para las infecciones! "¡No puede ser!", se quejó Tonya. "¿Por qué a mí otra vez?"
En busca del remedio
Tonya volvió a visitar al médico, un poco avergonzada por volver a enfermarse tan pronto. Pero el médico, con su gran sentido del humor, le recordó que nunca había instalado un antivirus. "¡Eso es como ir a nadar en un río lleno de cocodrilos sin un chaleco salvavidas!", bromeó el médico.
Tonya, con la risa en su boca, siguió el consejo del médico y descargó un antivirus. Desde entonces, su computadora estaba más saludable y feliz que un canguro saltando en una pradera.
Pero eso no fue todo. Tonya también aprendió la importancia de mantener su computadora en buenas condiciones, limpiando el teclado y eliminando los archivos no utilizados. Además, comenzó a hacer copias de seguridad de sus documentos importantes, para evitar perderlos en caso de otra infección.
Desde entonces, Tonya nunca volvió a tener problemas con virus, y se convirtió en una de las computadoras más felices y saludables del mundo. Incluso comenzó a disfrutar más de su trabajo, y a procesar la información de manera más rápida y eficiente. Así que recordad, ¿por qué una computadora iría al médico? Porque tiene un virus.
¡Disfruta de más relatos cortos de humor en Corto-relato!