
Él nunca pensó que volvería a verla. Y mucho menos de esa manera. Había pasado años tratando de olvidarla, de borrarla de su mente, de no pensar en ella cada vez que se sentía solo. Pero allí estaba ella, de pie frente a él en medio del festival del puerto, su cabello oscuro volando con la brisa del mar, su sonrisa cautivadora iluminando el lugar como si nada hubiera pasado.
Pero algo había pasado. Algo que lo había dejado deshecho y desconsolado. Había pasado años tratando de curar su corazón roto, pero el reencuentro con ella lo había devuelto a ese lugar donde todo comenzó. El lugar donde ella lo dejó.
Las cosas habían sido diferentes cuando se conocieron. Se amaban con tanta pasión que nada podía detenerlos. Habían soñado con un futuro juntos, un futuro en el que se casarían en una hermosa playa y tendrían hijos hermosos. Pero ella se fue sin previo aviso. Dejándolo solo, roto, perdido en un mar de lágrimas y desilusión.
Ahora estaban a bordo de un crucero, como dos extraños que se encontraron en la noche. Cada día lo llevaba a un lugar diferente, a una nueva isla, a una nueva aventura, pero nada lo preparó para lo que vendría.
El crucero que cambió sus vidas
Una noche, después de cenar juntos y hablar durante horas, ella lo llevó a la cubierta superior del barco. Era como si el tiempo se hubiera detenido. El mar estaba en calma, la luna llena iluminaba el cielo, y los dos estaban abrazados, como si nada más importara.
Entonces ella lo miró a los ojos y le dijo: "Siempre te amé". Y fue en ese momento cuando él supo que estaba perdido. Que nunca podría dejarla ir de nuevo. No importaba lo que había pasado en el pasado, ella era suya y él era suyo. Y así fue como comenzaron una nueva vida juntos, llena de amor, pasión y aventuras.
La última noche del crucero, él le pidió que se casara con él. Y ella dijo que sí. No querían perder más tiempo, querían comenzar su nueva vida juntos.
El final feliz que siempre soñaron
Cuando volvieron a casa, ella se mudó a su apartamento y comenzaron a construir su futuro juntos. Se casaron en la playa, tal y como habían soñado, rodeados de amigos y familiares que habían estado esperando este momento durante años.
Ahora, cada vez que se miran a los ojos, recuerdan el reencuentro, el festival, y el crucero. Pero sobre todo, recuerdan que el amor siempre triunfa, incluso cuando parece que todo está perdido.