
Había una vez un pequeño ratón llamado Benito que vivía en un agujero en una pared de ladrillo rojo. Benito era muy curioso y le gustaba explorar el mundo a su alrededor. Un día, mientras buscaba algo para comer, encontró un libro antiguo en una estantería en el rincón de la biblioteca.
Benito, aunque no sabía leer, estaba fascinado por las ilustraciones en el libro y decidió llevárselo a su madriguera. Cuando llegó a casa, comenzó a hojear el libro y a observar cada dibujo con atención. De repente, encontró una página que mostraba un hermoso jardín con plantas y flores de todos los colores.
Benito quedó tan maravillado con la belleza del jardín que decidió que tenía que ir allí y verlo por sí mismo. Así que, al día siguiente, se puso en camino, buscando el jardín mágico que había visto en el libro.
El viaje
Benito caminó durante horas, subiendo y bajando colinas y cruzando arroyos hasta que finalmente llegó al jardín que había visto en el libro. Quedó maravillado al ver que todo era tal y como lo había imaginado: un lugar mágico lleno de plantas y flores de todos los colores.
Pero mientras exploraba el jardín, se dio cuenta de que algo extraño estaba sucediendo. Las flores estaban empezando a marchitarse, y las hojas de los árboles estaban cayendo. Benito se dio cuenta de que algo no estaba bien y decidió investigar.
Después de mucho buscar, encontró a una mariquita que estaba enferma. La pobre mariquita estaba triste y débil, y no sabía qué estaba pasando con las plantas y flores del jardín. Benito, que se había vuelto amigo de la mariquita, decidió ayudarla.
Juntos, Benito y la mariquita comenzaron a buscar la causa de la enfermedad de las plantas. Después de mucho buscar, encontraron que un insecto había estado comiendo las hojas y las raíces de las plantas, debilitándolas y enfermándolas.
Benito y la mariquita trabajaron duro para detener al insecto dañino. Finalmente, después de varios días de trabajo duro, lograron erradicar el insecto y salvar el jardín.
Gracias al esfuerzo y la dedicación de Benito y la mariquita, el jardín recuperó su belleza y comenzó a florecer de nuevo. Benito se sintió muy orgulloso de haber ayudado a su amiga la mariquita y de haber salvado el jardín mágico. Y mientras regresaba a su hogar en la pared de ladrillo rojo, pensó en todas las aventuras que aún le esperaban.
Fin
Esta historia nos enseña la importancia de ser curiosos y valientes para explorar el mundo que nos rodea, de ayudar a los demás y de trabajar juntos para superar los desafíos. También nos muestra cómo cuidar nuestro entorno y preservar la naturaleza.
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